SIGLO
XXI
6
septiembre 2016
Las personas mayores, de edad entre 70 y 80 años, que han sido
físicamente activas durante cinco años previos, tienen una posibilidad un 40
por ciento menor de desarrollar Alzheimer en comparación con las personas
sedentarias, según un estudio de los investigadores Helios Pareja y Alejandro
Lucía de la Universidad Europea de Madrid.
El
estudio, publicado en 'Mayo Clinic Proceedings', ha analizado el riesgo de padecer esta
enfermedad en base a la actividad física sobre 23.345 personas. De este primer
estudio se reveló que en el grupo de personas físicamente más activas había una
menor incidencia.
"En
ese momento, con los datos que teníamos, nos preguntamos qué nivel de actividad
física era necesario para prevenir el Alzheimer y, sobre esa premisa,
continuamos con las investigaciones", ha destacado el doctor Alejandro
Lucía.
Después,
los investigadores llevaron a cabo un sub-análisis de
cinco estudios incluían a 10.615 sujetos y determinaban si una persona era
activa o no según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud
(OMS). Es decir, en función de si realizaba 150 minutos o más de actividad
física de intensidad moderada-intensa por semana.
Los
resultados mostraron que aquellas personas que habían realizado la cantidad de ejercicio
físico recomendada por la OMS durante al menos los cinco años previos tenían un
40 por ciento menos riesgo de desarrollar la enfermedad.
"Practicar
ejercicio físico de forma habitual ha demostrado mejorar ciertos síntomas de la
enfermedad porque la contracción continua de nuestros músculos libera
sustancias a la sangre que son recogidas por el cerebro, el cual modula su propia
protección y reparación", ha señalado el doctor Pareja.
Entre
otros mecanismos, destacan la modulación de factores neurotróficos,
la inducción de la defensa antioxidante y mecanismos de degradación de
productos tóxicos como la proteína amiloide o los residuos
ocasionados por la muerte de las neuronas. Todos ellos actúan en sinergia para
reparar las neuronas dañadas y regenerar el tejido perdido, al menos en parte.